Misterio en Londres, de Mary Kelly (1958) #BrettNightingale3

Un robo más un probable asesinato

Un 22 de diciembre, la princesa rusa Olga Karukhina aparece muerta en su cama. Aún está por determinar si ha sido por muerte natural (la mujer había soplado ya unas cuantas velas en su vida) o si ha sido un asesinato. Quien ha dado el aviso a la policía es la vecina, la señora Minelli. Esta tenía buena relación con la princesa, ya que la pobre hacía años que no salía de casa y era quien se ocupaba de subirle la compra.

No vivía sola, sino con su nieto Ivan, que al parecer descubrió el cadáver y salió corriendo de la vivienda, dejando la puerta abierta de la habitación; algo que alertó a la señora Minelli. El caso se le asigna al inspector jefe Brett Nightingale, que acude al domicilio junto a su compañero Beddoes. Todo apunta a que se ha efectuado un robo y no sería descabellado conectarlo con otros robos que han sucedido en fecha reciente. Este es el arranque de «Misterio en Londres» de Mary Kelly, tercera entrega de la serie de su protagonista Nightingale.

Mary Kelly

Faberge

Aunque no hay ninguna prueba que apunte a la culpabilidad del nieto de la princesa, que abandonase el edificio de un modo tan extraño da que pensar a la policía. Tal vez él ha entrado en shock por tratarse de la única familia que tiene en Londres, pero raro por lo menos sí que es.

El título en inglés nos da muchas más pistas sobre el robo, y es que este es «The Christmas Egg», es decir, «El huevo de Navidad». Dentro de un baúl que Olga atesoraba en su habitación, y que era uno de los motivos por los que no salía nunca de allí, albergaba una colección de joyas de un valor inestimable. Y la joya de la corona era un huevo blanco de Faberge que un perista por lo visto llegó a poder admirar.

El perista en cuestión, Majendie, revelará a Nightingale algunos de los tesoros que se escondían en ese baúl. Tantos y de tal valor que bien se podría asesinar por ellos. Algo que hará que salten todas las alertas de Nightingale será un descuento que se le aplica en la tienda de Majendie (se acerca Navidad, no tiene regalo para su mujer, y justo acaba de estropear un broche al que tenía mucho cariño). Nuestro protagonista teme que esa rebaja pueda llevarle en un futuro a un mala situación y se convertirá en su sombra.

Fotos de las luces de Navidad de Oxford Street de Londres en 2017

En Navidad

La novela transcurre a lo largo de los días 22, 23 y 24 de diciembre. No podría ser más adecuada para leer en fechas navideñas. Y para rematar la jugada, la autora nos introduce en una persecución en plena ventisca que nos hará agarrar una manta mientras la leemos. Lo que empieza siendo una investigación policíaca reposada y tranquila por las calles de Londres se tornará en una especie de thriller en la nieve en los bosques de Kent. Coches averiados, personas perdidas, maletines ocultos bajo tierra y hasta un helicóptero.

«Abandonó la cabina empañada y salió a la calle. El intenso frío no neutralizaba las emanaciones de ‘fish and chips’ y vinagre procedentes de los locales que poblaban la calle, pero servía para realzar los contenidos de temporada de los escaparates: mandarinas, frutos secos, abetos, cajas de elaboradas galletitas, e hileras y más hileras de pavos bridados, iluminados por un cadavérico resplandor fluorescente.

Misterio en Londres, página 41

Una novela de personajes

A pesar de que la autora no nos cuenta demasiado del protagonista, es con quien más tiempo pasamos a lo largo de la novela. Sabemos que está casado con Christina, cantante de ópera que está en un período de descanso para cuidarse; aunque empieza a cansarse de no hacer nada. No llegamos a conocer su aspecto físico, pero sí que estamos ante un personaje amable.

Uno de los secundarios que diría que destaca por encima del resto es Stephanie Cole. Trabaja en la tienda del perista, y acude a casa de Nightingale con la excusa de llevarle un guante que se le perdió en su visita. No tardamos en ver su desilusión al descubrir que está casado, y mantienen una conversación durante un montón de páginas que es crucial para el caso.

Bosque de Kent

Mary Kelly

Por lo que podemos ver a través de esta novela, Kelly no tenía prisa en desarrollar la trama. La parte más emocionante se concentra en el último tercio del libro, y sin embargo para mí no ha sido la más interesante. Da espacio a los diálogos, a las conversaciones entre los personajes. No tiene miedo a aburrir a sus lectores porque sabe a la perfección cómo conseguir que esos fragmentos aporten un valor a la historia y lo hace con una prosa cuidada.

Hace que sus lectores recorran las calles de Londres. Y aquí introduce un elemento de esos que ya sabéis que tanto me gustan: la ambientación histórica. Aún hay edificios derruidos por los bombardeos de la II Guerra Mundial, y que una muchacha se siente cada día en unas de esas ruinas es una de esas imágenes que no es fácil olvidar.

«Una joven rubia peinada con una cola de caballo y con un abrigo amarillo, sentada al sol en un área bombardeada junto a una tienda durante la hora del almuerzo; una bandeja de terciopelo salpicado de purpurina en un escaparate y una mujer contemplándolo de espaldas a él, con el pelo moreno enroscado en un moño, Christina, su esposa, antes de serlo; la joven, con el pelo rubio trenzado alrededor del rostro, vista desde el otro lado de la calle, inclinándose en el interior de ese mismo escaparate para sacar un delicado objeto.»

Misterio en Londres, página 33

Estamos ante una obra con una trama atípica, porque lo que empieza como una investigación por robo terminará siendo una persecución y una lucha por salir con vida de esta. De lo urbano a lo rural. De lo reposado a lo frenético. De los diálogos a la acción. En definitiva, es una novela recomendable por su historia, pero sobre todo por la capacidad descriptiva y evocadora de su narradora. Una autora para descubrir y seguir leyendo.

Título: Misterio en Londres (The Christmas Egg)
Autora: Mary Kelly
Editorial: Duomo (2023)
Año de publicación: 1958
ISBN: 9878419521118
Número de páginas: 320

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