Muerte en el cepo, de Georgette Heyer (1935) #InspectoresHannasyde&Hemingway2

Un cuerpo a un cepo pegado

Una tranquila noche, en el pueblo de Ashleigh Green, aparece un cadáver en medio del parque. En un primer momento, el agente que lo encuentra cree que se trata de un borracho. Se halla en una extraña postura: con los pies atrapados en un cepo, sentado, con el cuerpo inclinado hacia delante y la cabeza sobre el pecho. Viste de etiqueta, por lo que es resulta llamativo que se encuentre en esta tesitura. Sin embargo, una vez que se acerca, puede comprobar que una daga sobresale de su omóplato. Este es el punto de partida de Muerte en el cepo, de Georgette Heyer.

Debido a que estamos en un lugar pequeño, la identificación del individuo resulta inmediata. Sabemos al momento que estamos ante Arnold Vereker, un hombre adinerado que pasa en su casa de Ashleigh Green los fines de semana. Se sabe que suele pasar ese tiempo con amigas, y de entrada alguna de ellas podría ser la principal sospechosa.

Pero da la casualidad de que su hermanastra Tony no solo ha pasado la noche en el pueblo, sino directamente en su casa. La relación entre ambos no era precisamente cordial. Tony ha acudido en su busca para cantarle las cuarenta por una carta que Arnold le envió esa misma mañana. Muchas casualidades para una sola noche.

Georgette Heyer

Sátira del género

Hasta aquí podríamos decir, «pues vale, otra novela clásica de misterio con asesinato de uno de los miembros de la familia». Pero no van los tiros por ahí.

¿Tenemos a dos policías que investigan el caso? Sí. ¿Tenemos una suculenta herencia por la que (casi) cualquiera se jugaría el pellejo? Sí. Pero la magia reside no tanto en el argumento como en los personajes. Destacan sobre todos ellos Tony y su hermano Kenneth. No solo no tienen miedo ni de los interrogatorios y las posibles acusaciones de la policía, sino que apuestan entre sí sobre quién de los dos ha sido. Cada uno de ellos afirma que, en caso de que se descubra quién es el criminal, será imposible de probar.

Ninguno de los dos soportaba a Arnold. Es casi una alegría la noticia de su muerte. Y no tienen el más mínimo reparo en afirmar abiertamente su opinión. No esperéis sutileza en el mundo de los hermanos Vereker: ni la tienen ni se la espera. Ese típico respeto por las fuerzas de la ley, el temor que a algunos les provocan los cadáveres, el pánico por ser condenados por un crimen que no han cometido (algo frecuente y normal en las novelas policíacas), aquí no aparece.

«Mi prometida dice que la coartada es tan mala que ha de creérsela a la fuerza. Ella lo sabrá mejor que nadie. Se lee unas siete novelas de detectives a la semana, así que está muy informada sobre el mundo del delito.»

Muerte en el cepo, Georgette Heyer, página 85

Clases sociales

Hay autoras como Margery Allingham que introduce una crítica nada velada a los prejuicios de clase. Georgette Heyer lo lleva al extremo escogiendo a protagonistas en apariencia frívolos. Kenneth tiene problemas económicos, pero por llevar una vida demasiado acomodada. Tiene deudas, algo que no le afecta en exceso debido a que su familia sí que tiene dinero: sabe que tarde o temprano ese patrimonio caerá en sus manos.

A pesar de esa aparente volubilidad, en el fondo lo único que quieren es vivir la vida sin ataduras ni responsabilidades. Algo que, lo reconozcamos o no, es el sueño de cualquiera. No les importa tener o no dinero y propiedades: lo que quieren es no tener que preocuparse por esas cosas. El caramelo que supone la herencia de Arnold no les atrae tanto por la cantidad como por la libertad que les puede llegar a proporcionar.

Ashley Green

Autora prolífica

Georgette Heyer no alcanzó el éxito gracias a sus novelas policíacas, sino por las románticas históricas. Se especializó en la época de regencia, y el nivel de detalle al que llegaban sus descripciones sobre costumbres, vestimenta y convenciones sociales las convirtieron en una magnífica herramienta para adentrarse en esa época.

Estas obras triunfaron especialmente durante la Gran Depresión y la IIGM. Eran historias de evasión que servían a sus lectores para evadirse de la crudeza de su realidad. Sus ventas eran astronómicas, y llegó a alcanzar los 500 000 ejemplares en sus versiones en tapa blanda.

La serie de los Inspectores Hannasyde y Hemingway, de la que esta es la primera entrega, se compone de ocho novelas (no os fiéis de lo que se indica en el propio libro en castellano, este es el primero de la serie).

Conclusión

Había oído maravillas de las novelas policíacas de Georgette Heyer, pero me he encontrado algo a otro nivel. Muerte en el cepo es una novela plagada de diálogos muy divertidos, personajes sólidos y bien perfilados y una trama que te engancha desde el primer capítulo. La voz que consigue otorgarles a cada uno de ellos les llena de personalidad y carácter.

Es cierto que el cierre tiene algunos elementos que están cogidos con pinzas (se argumenta, pero podrían desmontarse ciertos aspectos fácilmente). Pero si os pasa como a mí, que una conclusión que no es del todo perfecta no me ensombrece el desarrollo, este libro es para vosotros. Una auténtica delicia.

Título: Muerte en el cepo
Autora: Georgette Heyer
Traductor: Gema Moral Bartolomé
Editorial: Salamandra (2008)
Año de publicación: 1935
ISBN: 9788498381924
Número de páginas: 279

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