Trifles, de Susan Glaspell (1916)

Un crimen real.

La noche del 1 al 2 de diciembre de 1900 John Hossack fue asesinado en su cama con dos golpes de hacha en su cabeza. Cuatro días después, su mujer Margaret Hossack fue arrestada como sospechosa del crimen. Un jurado compuesto exclusivamente por hombres condenó a Margaret a cadena perpetua y trabajos forzados. Tras dos apelaciones, un nuevo juicio, y varias dudas razonables, Margaret fue puesta en libertad —sin ser declarada ni culpable ni inocente— en abril de 1903. Susan Glaspell, periodista y escritora, cubrió la noticia para Des Moines Daily News. En 1916 la convirtió en una obra de teatro y en 1917 en una novela corta.

Trifles consta de un solo acto que transcurre en la cocina del domicilio de Wright. El argumento gira en torno a la investigación del asesinato de John Wright, que aparece con una soga alrededor del cuello. Minnie Wright, su esposa, asegura que estaba durmiendo cuando todo sucedió y que no se enteró de nada. Pero el fiscal del distrito y el sheriff local no acaban de dar crédito a la historia de la señor Wright. Por ello, se presentan en la casa junto a sus respectivas esposas. Ellos subirán al dormitorio para investigar la escena del crimen y ellas permanecerán en la cocina.

Susan Glaspell

Obra policíaca feminista.

Trifles es una obra policíaca feminista que pone de relive el sesgo cognitivo que todos y cada uno de nosotros tenemos como lectores; más concretamente como lectores de género negro-criminal. La crítica y los análisis literarios de estas obras parten siempre de una base y una teorización androcentrista, y todo lo que no se ajuste a ese canon no resulta válido, con independencia de la calidad literaria de dicho texto.

Las historias y los personajes de la literatura de género negro-criminal se han basado en roles masculinos (el detective solitario, alcoholizado y atormentado). Y si un personaje femenino trata de ocupar ese espacio, debe adaptarse a ese rol para que pueda ser aprobado. Al igual que los personajes, las historias siguen el mismo patrón. De este modo, estas ficciones se adecúan a la forma de vida propia de los hombres, invisibilizando las realidades femeninas de determinadas épocas históricas.

Se afirma que la novela negra es la novela social por excelencia, que muestra como ninguna los problemas del momento histórico al que representa. Pero esta enunciación no es del todo cierta. Durante décadas, el entorno urbano ha sido un lugar propio de los hombres, quedando el ámbito doméstico reservado a las mujeres. Y si una mujer ocupaba un espacio público, las connotaciones que recaen sobre ese personaje son más que evidentes. Así las cosas, las ficciones que se han centrado en los espacios femeninos ( en lo privado, en lo doméstico) se han considerado como menores por no ajustarse al canon de novela urbana, de acción transcurrida en las calles.

Espacio doméstico, lugar donde transcurre ‘Trifles’

Lectura crítica con perspectiva feminista.

Pero volvamos a Trifles. A través de una serie de elementos, Glaspell nos pone en situación. Las protagonistas de la obra son denominadas como «mujeres de» (Mrs. Hale y Mrs. Peters), negándoles la entidad que proporciona tener un nombre propio. La que sí es denominada por su nombre de pila será la sospechosa Minnie. Un personaje ausente, condición esta que conecta con la realidad de la época: no tiene voz ni identidad.

La conversación de los hombres de la escena muestra un abierto desprecio por los asuntos que atañen a las mujeres, llegando a referirse a ellos como bagatelas, nimiedades (trifles, en inglés). De ese modo, dejan de lado al instante la cocina —un espacio femenino— para subir al dormitorio.

Una y otra vez, a través de las observaciones que las mujeres realizarán en la cocina, se pondrá de relieve el desconocimiento que los hombres tienen de este espacio, no siendo así capaces de ver las pistas que el comportamiento de Minnie ha dejado: los botes de conservas echados a perder, la colcha que estaba tejiendo y, por encima de todo, una jaula con la puerta rota y un pájaro estrangulado.

La clave de esta historia reside en los silencios, una herramienta muy poderosa en el teatro que la propia Glaspell consiguió trasladar a la narrativa. Las mujeres se niegan a decir en voz alta lo que están seguras de qué ha sucedido, y el lector debe ser quien complete esos silencios.

Necesidad de revisión.

Si queremos defender que la novela negra es la novela social por excelencia debemos abrir un poco nuestra mirada y aceptar que existen una serie de obras que reflejan la otra cara de la moneda. Que debemos revisar nuestras lecturas y cómo las afrontamos. Que la historia le ha otorgado a las mujeres durante décadas el papel de esposas y madres por encima de cualquier otro, y que eso también forma parte de nuestra historia en la literatura.

La denuncia social también se encuentra en un pájaro estrangulado escondido en una caja, en un ama de casa que sufre violencia de género, en la falta de privacidad y de individualidad. Estos discursos deben ser, de una vez, revisados y puestos en el lugar que merecen ocupar.

*Podéis leer la obra de teatro Trifles en el siguiente enlace: https://losdiasmascortos.wordpress.com/2011/11/12/pequeneces

*Podéis leer la novela corta que lo adapta en el volumen de relatos ‘La nueva mujer‘ publicado por la editorial Dos Bigotes, edición a cargo de Gloria Fortún.

*Esta historia cuenta con varias adaptaciones al cine y la televisión. Con el título Jury of the peers se emitió un episodio adaptado por James P. Cavanagh y dirigido por Robert Florey en Alfred Hitchcock Presents. También como Jury of the Peers existe una película dirigida por Sally Heckel de 1980. Y con el título Trifles, Pamela Gaye Walker estrenó una adaptación en 2008.

*Si queréis profundizar en todos los simbolismos que tiene esta obra, os recomiendo la lectura de estos dos artículos, que hay ayudado a la elaboración de este texto:

«Analogía y feminismo en Trifles de Susan Glaspell». Javier Rodríguez Pequeño. Tropelias: Revista de teoría de la literatura y literatura comparada, ISSN 1132-2373, Nº Extra 7, 2020, págs. 1189-1207. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7615005&orden=0&info=link

«La feminización del espacio doméstico en la literatura. La obra Trifles de Susan Glaspell.» Fátima Simón Hernández. Ensayos: Revista de la Facultad de Educación de Albacete, ISSN 0214-4842, ISSN-e 2171-9098, Vol. 30, Nº. 1, 2015 (Ejemplar dedicado a: Investigaciones en Pensamiento Numérico y Algebraico e Historia de las Matemáticas y Educación Matemática.), págs. 161-169. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5163589.pdf

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