Una joven prometedora – Emerald Fennell (2020)

Argumento

Una joven prometedora (Promising young woman) arranca con una escena en la que Cassandra (Carey Mullingan) no es capaz de ponerse en pie. Está sola y borracha en los sofás de un bar. Un preocupado Adam Brody se ofrece a llevarla a casa, pero en el taxi cambia de idea y decide poner rumbo a su piso. Una vez allí, por más que Casey le pregunta qué hace, por qué la besa y la desnuda, él sigue sin inmutarse, aprovechando su estado de semiinconsciencia. Hasta que esta cobra lucidez de golpe. En la secuencia siguiente la vemos caminando descalza por la calle —ya de día— comiendo un perrito, y con un brazo lleno de ¿ketchup? ¿sangre?.

Cassie es la camarera en una cafetería donde todo parece edulcorado menos su carácter: desde el color de las paredes al de los muffins que adornan sus vitrinas. Por las noches se convierte en una sociópata que sale de bar en bar en busca de presas. Simulando que su nivel de alcohol en sangre es mucho más elevado del que en realidad es, nos muestra como el mundo está lleno de caballeros andantes dispuestos a rescatarla. Y de paso, meterse en sus bragas.

Simbolismos.

Este tipo de ambigüedades poblarán una película que rompe con la tradición de la historias de venganza gracias a su enfoque feminista. Los códigos de la ficción son algo muy poderoso que habita en nuestro subconsciente, haciendo que sepamos el rumbo que van a tomar. Sin embargo, aquí todo lo que el espectador espera que pase, no pasa.

Una joven prometedora es una historia tragicómica, con tintes de comedia negra y romántica. La estética y la elección de la banda sonora están escogidas al milímetro. Encontramos una clara inspiración de las películas chick-flick, género con un fuerte predominio del romance orientadas para un público femenino (tonos pastel, vestuario y peinados delicados). Incluso una parte de la narración parece girar en esta dirección, con escenas como la que comparten los protagonistas en una farmacia bailando y cantando al ritmo de Paris Hilton. Sin embargo, el desarrollo de la trama nos lleva por caminos mucho más oscuros —rozando el terror en ocasiones—, contrastando así con la apariencia visual y produciendo así mayor impacto en el espectador.

Ópera prima.

Una joven prometedora es la primera película de Emerald Fennell (al frente de la dirección y del guión, e incluso haciendo un cameo como actriz). Eso no implica que sea novata, ya que ha sido la guionista de algunos de los episodios de la serie Killing Eve. Con esta cinta se ha convertido en la primera directora en conseguir cinco nominaciones con su ópera prima, consiguiendo ser premiada por el de Mejor Guión Original. Otro de los nombres que resuenan en los créditos es el de Margot Robbie como productora.

Con esta historia, Fennell deja muy claro que los géneros y los códigos de la ficción pueden romperse; que deben quebrarse para cambiar el discurso. En un momento en el que el alegato del #NotAllMen resuena con fuerza, Fennell trata de exponer la problemática de la cultura de la violación y cómo toda la sociedad, hombres y mujeres, somos mucho más cómplices de lo que podemos pensar. Porque no hacer nada es posicionarse.

Final a la altura.

Uno de los grandes aciertos es el final. La narración se dirige en todo momento hacia un desenlace en el que el espectador está seguro de lo que puede llegar a pasar: se debate entre un desenlace previsible y uno no deseado. Pero una vez más, Fennell nos sorprende y escoge un cierre a la altura de lo que quiere contarnos, tiñendo aún más de tristeza una película que no deja indiferente. Que no os engañen la música comercial y las luces de neón: incluso con sus fallos, merece mucho la pena.

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