La escalera de caracol, de Mary R. Rinehart (1908)

«Esta es la historia de cómo una solterona de mediana edad perdió la cabeza, abandonó sus bienes en la ciudad, alquiló una casa amueblada para pasar un verano en las afueras y se encontró envuelta en uno de esos crímenes misteriosos que mantienen a los periódicos y a las agencias de detectives felices y prósperos.»

‘La escalera de caracol’, página 11.

Este es el arranque de La escalera de caracol, segunda novela por entregas de Rinehart que, por casualidades de la vida, se publicó como volumen independiente antes que su primera obra El hombre de la litera número 10. En ella, Rachel Innes narra en primera persona lo que le sucedió aquel verano de su vida que decidió aventurarse a pasar unos días en Sunnyside, una mansión en medio de la nada.

Allí empiezan a ocurrir sucesos extraños, y lo que en un principio achacan a la presencia de un fantasma terminará con un cadáver a los pies de la escalera. El cuerpo es el de Arnold Armstrong, hijo del propietario de Sunnyside. ¿Qué hace en la mansión? ¿Quién querría matarle? ¿Están involucrados los sobrinos de la protagonista, que han viajado allí con ella?

Elecciones narrativas de Rinehart

Aún estamos en los albores de lo que Rinehart va a suponer para la novela de género, pero eso no implica que no nos encontremos ante una historia magnífica. Si tuviese que quedarme con dos aspectos primordiales serían, en primer lugar, la elección de una narradora amateur en investigación detectivesca. Toda una declaración de intenciones teniendo en cuenta que una mujer en aquellos tiempos venía a este mundo para ser esposa y madre. Estamos ante una mujer valiente, que no se queda paralizada ante el peligro, y que no tiene miedo a entrar en acción cuando es necesario. Tanto que, a pesar de todo lo ocurrido en Sunnyside, no abandona la mansión hasta dar con la resolución del caso; en parte debido a que se encuentran involucrados en el mismo personas que le son de gran cariño.

«Estaba sorprendentemente serena. Recuerdo que me subí a la silla y pegué la oreja a la puerta.»

«A pesar de que temblaba violentamente, yo estaba decidida a hacerles frente hasta que me llegara ayuda».

‘La escalera de caracol’, página 176.

«Recuerdo que entonces me pregunté si aquella era realmente yo, y si realmente había conocido la vida antes de aquel verano».

‘La escalera de caracol’, página 228.
Imagen de una noticia en un periódico con el titular "Chef Tries to Kill Novelist" sobre Mary Roberts Rinehart
Lo que se encuentra una cuando busca imágenes de la autora

Estructura de la novela.

En segundo lugar, destacaría la destreza de la escritora a la hora de manejar el suspense. La obra tiene claras reminiscencias de la estructura gótica, con ese modo de contar y no contar al mismo tiempo que la caracteriza. La narradora sabe todo lo que ha pasado(narra desde un punto en el que toda la acción ha terminado), pero escoge la forma de dosificar la intriga para mantener al lector en vilo.

«Era el cuerpo de un hombre, de un caballero vestido con levita y un chaleco blanco ahora manchado de sangre. Era el cuerpo de un hombre que yo no había visto jamás»

‘La escalera de caracol’, página 33 (fin del tercer capítulo).

A partir del capítulo 19, momento en el que se recapitula sobre todo los sucedido, comienza a resolverse el misterio. Estamos más o menos a mitad del libro, y en este punto la protagonista y el policía a cargo del caso repasan lo ocurrido para aclarar las ideas. Incluso en algún párrafo realiza un resumen como el que sigue, para que el lector no se pierda:

«Desde que llegué aquí ha habido un asesinato y una muerte causada por una impresión. En la casa han entrado intrusos y se han oído ruidos extraños. Si eso resulta gracioso, algo debe de andar mal con mi sentido del humor.»

‘La escalera de caracol’, página 152.

Incluso en la página 157 encontramos una lista de todo lo que queda por resolver aún. Y las evidencias que se han encontrado hasta el momento.

Imagen de Mary Roberts Rinehart leyendo en su casa, en un estudio con las paredes abarrotadas de libros.
Mary Roberts Rinehart en su casa. Bien podría ser la protagonista de esta novela.

Elementos clásicos de la novela de misterio.

Un par de elementos nos dan pistas también de en qué momento dentro de la historia del género nos hallamos. Por un lado, el convencimiento de que la clase social de una persona es determinante para saber si nos encontramos ante un posible criminal o no. Es imposible que viniendo de buena familia, a priori, se pueda sospechar de nadie:

«Ahí estaba yo, Rachel Innes, solterona, nieta del viejo John Innes, de los días de la Independencia, con un apellido ilustre en los tiempos de la Colonia, mezclada en un crimen vulgar y repugnante e incluso tratando de burlar a la ley. No cabía duda de que me había apartado del buen camino.»

‘La escalera de caracol’, página 53.

Por otro, la creencia de que algunos elementos sobrenaturales pueden ser los causantes de los extraños sucesos que ocurren en la casa (aunque en su favor diré que toda la trama se resuelve con una explicación realista y apegada a este terreno astral).

Las protagonistas de Rinehart

Rachel Innes es la primera de una larga serie de narradores cortados por el mismo patrón. Innes es una mujer soltera, sin hijos, de cierta edad, un elemento fundamental a la hora de estructurar la trama. Estamos ante una mujer acostumbrada a que los sirvientes respeten a sus señores y los niños obedezcan a sus padres. Es ‘una anciana con una tendencia creciente a vivir en el pasado’. Es irreverente y mordaz, con unos valores anclados en otro tiempo, en una época en la que la pertenencia a una clase social marcaba tu destino.

La escalera de caracol hay que empezar a leerla sabiendo en qué espacio temporal transcurre, y también en qué momento fue escrita. Rinehart comienza a dejar de lado las tramas en las que predominaba el romance para adentrarse en un hilo conductor propiamente de misterio. A pesar de que los prejuicios de clase seguían vigentes, acaba desmontándolos con las historias que construye. Una escritora primordial para comprender el cambio que se dio en aquellas décadas entre el folletín decimonónico y las novelas en las que el procedimiento policial pesa más que el melodrama.

Título: La escalera de caracol.
Autor: Mary Roberts Rinehart.
Traductor: Carlos L. García-Aranda.
Editorial: Alberto Santos (2011).
Año de publicación: 1908.
ISBN: 9788415238225.
Número de páginas: 256.
Precio: 16,50€.

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