How to fix a drug scandal, serie documental de Netflix (2020)

El 18 de enero de 2013, en el laboratorio de Amherst, una trabajadora descubrió que en una de las partidas había muestras sin analizar. Estamos en Massachusetts, en uno de los principales laboratorios al servicio del gobierno donde se analizan las pruebas recabadas en arrestos, escenas del crimen y similares. El número de análisis que realizan es ingente, llegando a testear miles de evidencias al año. La cadena de custodia no puede saltarse, y es fundamental asegurar en todo momento que no se rompa. Las muestras deben estar bien identificadas y localizadas, por lo que la ausencia de alguna de ellas es una falta muy grave.

Lo que nadie esperaba descubrir es que Sonja Farak tuviese las bolsas de esas pruebas en su mesa de trabajo. Abiertas, pero sin señales de haber seguido en ellas el protocolo marcado. ¿Qué estaba pasando exactamente? ¿Estamos ante una negligencia puntual o ante algo más serio?

Dos químicas: Sonja Farak y Annie Dookhan

Este es el arranque de How to fix a drug scandal, una serie de no ficción de cuatro capítulos que se ha estrenado en Netflix este pasado abril. En ella se nos presentan dos casos separados por tan solo seis meses en los que descubriremos los escándalos de dos químicas del estado de Massachuttets. Dos profesionales, ambas trabajando para el gobierno analizando drogas, y con casos en apariencia muy dispares. Tendremos que esperar hasta el final del último episodio para comprender por fin qué conecta ambas investigaciones y por qué son presentadas juntas aquí.

Fotografías de Sonja Farak y Annie Dookhan, dos químicas sobre las que versa la serie de no ficción 'How to fix a drug scandal'.
Sonja Farak y Annie Dookhan

En la mayoría de las reseñas que he visto de esta serie se cuenta bastante más de lo ocurrido de lo que os adelanto yo. Os recomiendo que si os gustan los true crime y os fiais de mi criterio no busquéis más información al respecto. Recuerdo la sensación inicial de no tener del todo claro qué había hecho Sonja Farak con las pruebas. ¿Había consumido parte del contenido? ¿Lo utilizaba para consumo propio? ¿Estaba sustituyendo las drogas de las evidencias por otro tipo de sustancias? ¿Las vendía? Montones de preguntas me surgieron al instante, y no saber lo que estaba pasando ha servido para que el juego funcione.

Mecanismos de Erin Lee Carr

Los recursos utilizados por la directora Erin Lee Carr en How to fix a drug scandal sirven para cuestionar lo que nuestra mente nos sugiere. La madre y la hermana de Sonja aparecen al principio del documental hablando de ella, contándonos qué clase de persona es y la infancia que tuvo. Ese lavado de cara inicial resulta perfecto para confundir al espectador y que dude acerca de sus primeras impresiones. Tal vez no nos habíamos cuestionado si alguien había tratado de incriminar a Sonja, pero cabe esa posibilidad. Gracias a todos estos mecanismos tan bien empleados insisto en la importancia de entrar en la historia lo más a ciegas posible.

Así como los dos primeros capítulos son de transcurso más sosegado, en los dos últimos todo comienza a esclarecerse y comprendes por fin qué ha pasado. Lee Carr dosifica la información para que no perdamos el interés por saber más. Es cierto que quizá ralentice en exceso esas dosis al comienzo, pero las historias de Sonja Farak y de Annie Dookhan son tan impactantes que merece la pena esperar.

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