Mayte Soldevilla (Toni Acosta) es madre de dos hijos, separada, y con problemas para llegar a fin de mes. Trabaja de puerta en puerta intentando vender la última revolución en robots de cocina: El Turbothunder 3000. Para colmo de males, su compañera Elvira Navarro (Marta Belenguer) será top ventas una y otra vez anulando las posibilidades de Mayte de prosperar en la empresa. Sus hijos asisten al mismo colegio, por lo que deben verse las caras en el AMPA cada dos por tres. En una acción desesperada por tratar de no perder su trabajo, Mayte ofrece a sus compañeras del AMPA hacerles una demostración del robot, y se reúnen todas en casa de Amparo (Mamen García). En plena presentación, Elvira aparece por sorpresa y por un fallo de la Turbothunder Amparo acaba muerta. A grandes rasgos, este sería el punto de partida de Señoras del (h)AMPA, la maravillosa serie creada, dirigida y guionizada por Abril Zamora y Carlos del Hoyo. Pero en los trece capítulos de 70 minutos cada uno pasa más, muchísimo más.

Mujeres de carne y hueso.
Es habitual que en las ficciones que encontramos en cualquier plataforma los y las protagonistas suelen ser seres excepcionales. O tienen unas vidas atormentadas, o son superheroínas con poderes, o abogadas con un ropero que ni Carrie Bradshaw… Es normal: para ver una historia en la que la protagonista es igual de aburrida que yo, mejor me veo otra cosa. Sin embargo, Zamora y del Hoyo han creado una trama principal y decenas de tramas secundarias en torno a cuatro mujeres convencionales.
Mayte es una mujer corriente. Es cierto que posee una belleza natural que destaca, pero no cocina bien, no es la madre del mes, tiene una hija que la insulta y un hijo que acosa a sus compañeros. Su ex, un hombre muy atractivo y gran padre, tiene otra pareja y están a punto de casarse. No tiene un gran trabajo y nada parece salirle bien en la vida. Eso sí, es una bellísima persona, algo que servirá para que el espectador se enamore de ella.
Lo mismo ocurre con Lourdes (Malena Alterio), una madre de una niña adoptada china que no ha podido tener hijos de otra forma, funcionaria y casada con un policía. O con Virginia (Nuria Herrero), embarazada de su segundo hijo, con un empleo precario en un supermercado con un jefe que la acosa. O Amparo (Mamen García), una mujer cuyo marido lleva tiempo en coma, y que ejerce de abuela a tiempo completo mientras su hija trata de ganarse la vida de la peor manera posible.

Risas y lágrimas.
En Señoras del (h)AMPA se camina sobre la cuerda floja en cuanto al humor se refiere. Se permiten hacer bromas con la mala malísima que va en silla de ruedas, con una joven con síndrome de Down, con la mafia, con los desahucios y sobre todo con la muerte. Combinan todo ello a la perfección con momentos de una emotividad desbordante que te ponen los pies en el suelo sobre el tipo de historia que quieren contarte en realidad. Una de mis favoritas es una discusión entre Mayte (Toni Acosta) y su ex marido Gregorio (Fernando Coronado) en uno de los baños del colegio, después de que otro padre llamase a Mayte mala madre:
«— Este hombre tiene razón, yo soy una madre horrible. Lo soy.
— Venga, no digas tonterías. Eso no es verdad.
— Yo intento hacerlo todo bien, Gregorio. Te lo juro. Lo intento, lo intento, lo intento. Pero es que es mucho, y a veces siento que no llego, y como que me ahogo y me ahogo, de verdad. Y luego está lo otro, como si no tuviera bastante me cae lo otro.
— ¿Lo otro? Mayte, si te ha pasado algo a mí me lo puedes contar.
— No, no. Una tiene que apechugar con sus cosas. Porque todas las madres que conozco lo hacen y no se quejan. Es así como funciona. Es así.
— Venga ya. ¿De qué madres me hablas, a ver?
— Todas, Gregorio. Todas menos yo.
– Te lo digo en serio, dime cuáles. ¿La de Roberto Morato, que va siempre hasta el culo de litio? ¿O la de Lucas Matilla, que le echa dos litros de whisky todos los días al café? Hoy he tenido que sacarla a rastras del bar. Oye, somos un equipo. Si le pasa algo a los chicos yo tengo que saberlo. Quiero ayudar.
— Todo esto, ser madre, es tan solitario. Tú no te imaginas cuánto.
— ¿Cómo que no? ¿Y yo qué soy?
— No, tú eres padre. No es lo mismo.
Mujeres del (h)AMPA, episodio 2.
A todo esto, debemos añadir una batería de clichés dentro del género negro y policíaco. Clichés que acaban retorcidos y dados la vuelta por completo, en especial desde la perspectiva de que son ellas las que mandan en todo momento y las que tomas las riendas. Los hombres aquí ocupan un segundo plano, al igual que ha ocurrido durante décadas con las mujeres en la ficción criminal.

Mente abierta.
Señoras del h(AMPA) es una serie divertida y con un argumento un tanto disparatado que hay que ver con la mente abierta. Si aceptamos algunas de las ficciones que importamos y nos creemos a pies juntillas su trama, con esta bien podemos hacer el esfuerzo de entrar en el juego y creernos que las protagonistas pueden tratar de atracar un bingo o convertirse en luchadoras de lucha libre. Aunque para mi gusto hay algún que otro error de casting, es cierto que Toni Acosta, Malena Alterio, Nuria González y Gloria Muñoz se comen la pantalla, llegando a compensar al resto.
Señoras del h(AMPA) engancha. Aprovecha el minutaje para crear tramas individuales en cada uno de los capítulos. Este mecanismo funciona a las mil maravillas, porque aunque lo que quieres es saber si al final son descubiertas o no por el crimen de Elvira, cada capítulo es una aventura que resulta autoconclusiva en sí misma. No dejéis de darle una oportunidad y de enamoraros de sus protagonistas y de sus vidas corrientes. O no tanto.
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