A Roy le han tendido una trampa. Debe visitar junto con su compañero Angelo a Frank Sienkiewicz para explicarle algunas cosas. Como siempre, es todo un encargo de su jefe Stan, y este especifica bien claro que no quiere armas porque no le apetece que nadie resulte herido. Busca que le den un toque de atención a Frank, nada más. A Roy le huele mal, y esconde un arma en su bota. Al final la visita termina en una sangría de la que se libra por los pelos. Tan solo sobrevive una prostituta a la que no le queda más remedio que llevarse consigo porque ha visto todo lo que ha sucedido. A partir de este punto, Roy y Rocky iniciarán un viaje de huida a ninguna parte que terminará en Galveston, al que se unirá la hermana pequeña de Rocky de apenas tres años de edad.
Las adaptaciones a la gran pantalla siempre resultan peligrosas por el conflicto que surge del cambio de soporte y de técnicas narrativas. Sin embargo, el guionista en esta ocasión es el mismo que el autor del libro (bajo el pseudónimo de Jim Hammett) y eso debería jugar en favor de la cinta. Son muchos los que afirman que no es el caso, que la opera prima de Mélanie Laurent (conocida por su papel de propietaria de un cine francés en Malditos Bastardos) se queda a medio gas. Y aunque es cierto que no es redonda, creo que merece la pena pararse a comentarla.

Pizzolato vs Laurent
Todos recordamos a Pizzolatto por los diálogos de la primera temporada de True Detective, algo por lo que brillaba también su primera novela. No obstante, Laurent aprovecha el formato visual para dar mucho más valor a los silencios y las miradas. Roy y Rocky son compañeros de viaje forzados. No se conocen, y ni siquiera se caen del todo bien. Roy acaba de descubrir que se está muriendo y no está para tonterías de crías. Sin embargo, Rocky consigue romper su coraza a través de su valentía y su dulzura.
Tanto Ben Foster como Elle Fanning llenan la pantalla con su presencia. Funcionan muy bien juntos, y el espectador comprende que lo que existe entre ellos tan solo es gratitud, cariño y amistad. Tan solo se tienen el uno al otro, y ese vínculo se vuelve tan poderoso que según avanza la historia los tres se convierten en una especie de rara familia desestructurada.

Mélanie Laurent y Elle Fanning
Aunque es cierto que a la cinta le falta una vuelta para ser redonda, visualmente refleja la riqueza descriptiva del libro, y el colorido mostrado a través de los paisajes resulta espectacular. Hay varias imágenes que se graban en nuestra retina, y la ubicación de la cámara es fundamental para conseguirlo. Ahí es donde Laurent explota todo su potencial y nos pone sobre aviso de que debemos seguirle el rastro.
Lo mejor de Galveston: la actuación de Elle Fanning, en especial en ese momento en que desnuda su alma en la habitación de un motel. Lo peor: quizás podría ser el desenlace, que a pesar de respetar al de la novela, le falta fuerza para cerrar la historia como se merece. En cualquier caso, creo que es una película más que recomendable. Tal vez no cubra las expectativas de algunos, pero es un magnífico ejercicio narrativo.
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