Cometierra, de Dolores Reyes (2019)

Cometierra es apenas una niña, una adolescente, que puede ver a los que han desaparecido cuando come tierra. Debido a ello, los familiares de aquellos que llevan días sin aparecer acuden en su busca con puñados de tierra, en latas y botellas. Botellas con fotografías, con nombres, que parecen inundar cada rincón de la casa. Ella trata de ayudarles, pero no siempre se siente capaz de comer tierra debido a la crudeza de aquello que ve.

La muerte de su madre, su entierro, son narrados en el primer capítulo. Su padre se ha ido, su madre ha fallecido, y su tía trata de cuidarles tanto a ella como a su hermano Walter. Pero no tardará mucho en abandonarles a su suerte. Así, esta familia de dos, bebe cervezas, juega a la Play y escucha música. En ocasiones sus amigos les visitan, entran y salen de la casa como si fuese propia. Y poco a poco pasa la vida a través de las visitas de aquellos que buscan su ayuda. La buscan porque la policía se cansa demasiado pronto de buscar, porque son demasiados los que no vuelven.

«El mundo debía ser más grande de lo que siempre había creído para que pudiera desaparecer tanta gente.»

Cometierra es una obra que duele. Duele por su reflejo de la realidad y de la actualidad de Argentina. Mujeres que no vuelven jamás por haber sido asesinadas por hombres. Las desaparecidas surgen entre las páginas del libro de una forma en exceso cotidiana. Tan solo Ana, una de las antiguas maestras de nuestra narradora sin nombre, la visita en sueños de manera recurrente para contarle su final. A pesar de que Cometierra no quiera conocerlo.

Está narrada en primera persona. Una primera persona demasiado joven para contar algo así, para contemplar lo que ve a través de sus visiones. Por ello busca la normalidad, salir con sus amigos, besarse con los chicos, experimentar y descubrir el mundo. El estilo de Dolores Reyes respira poesía a cada frase. Deja entrever mucho más de lo que cuenta, y en ocasiones el uso de repeticiones se convierte en imágenes alegóricas de lo que quiere mostrar.

«Nunca más mamá y yo.»

Dolores Reyes

La violencia está presente de múltiples formas. El tratamiento es indirecto, pero eso no implica que sea menos crudo. Se nos muestran violencia física, asesinatos, secuestros, palizas. Se nos habla de abandono, de miseria, de barrios marginales donde a nadie le importa que haya personas que nunca vuelvan a casa. Lugares donde lo complicado es mantenerse con vida y conseguir salir adelante. Uno de los ejemplos más terribles que muestran ante qué tipo de libro estáis es la certeza de algunos de los que acuden a Cometierra de que la ayuda que obtendrán será tan solo la de encontrar un cadáver. Que la muerte producida por un acto violento sea tan cotidiana resulta abrumador.

Como elementos dentro del género encontramos a un policía, pero esta no es una novela policíaca. No hay una investigación, ni una intriga definida, pero a pesar de ello esta obra transita por los límites del negro a cada página. La forma de afrontar las agresiones, la plasmación del dolor y del duelo, el desarramiento que provoca la ausencia forzada. A mí desde luego no me hace falta nada más para decir que esta novela es negra. Y mucho.

Cometierra es el primer libro que publica Dolores Reyes, y recuerda a cada capítulo a la prosa de Selva Almada. No es para menos: Reyes asistió a los talleres de escritura de Almada en el Espacio Enjambre durante dos años.

Título: Cometierra.
Autora: Dolores Reyes.
Editorial: Sigilo. 
ISBN: 9788494899355.
Número de páginas: 176
Precio: 18€
Ficha del libro en la web de la editorial: https://www.sigilo.com.ar/narrativa-argentina/cometierra-dolores-reyes/

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