Hace tiempo ya que descubrí saltando de un autor a otro a esta escritora de nombre impronunciable, pero no ha sido hasta Septiembre que me he lanzado a buscar sus libros para poder leerla. Ngaio Marsh es de origen australiano, pero pasó su vida a caballo entre el Reino Unido y Australia. Edith Ngaio Marsh nació en Nueva Zelanda en 1895 en una fecha indeterminada. No fue hasta cinco años después que la inscribieron en el registro civil y no tenían del todo clara su fecha real de nacimiento. Por eso, lo celebraban el día del nacimiento de Shakespeare.
En 1906 la familia se mudó a Marton Cottage en Cashmere. Estudió pintura en la Escuela de arte Canterbury College antes de unirse a la compañía teatral de Allan Wilkie como actriz, y a la Rosemary Rees Comedy Company. Este interés por el teatro es muy plausible en sus obras, ya que la escenografía se aproxima mucho a la del teatro: la posición de los personajes, su ubicación en la habitación en el momento del crimen, la importancia de los diálogos.
Un hombre muerto es la primera novela de la autora, publicada en 1934. Para que os ubiquéis respecto a lo que se estaba publicando ese año, Dashiell Hammett publica su última novela El hombre delgado, James M. Cain triunfa con El cartero siempre llama dos veces, nace el detective Nero Wolfe de Rex Stout y Agatha Christie publica Asesinato en el Orient Express. Como veis no fue un mal año para el género.
En esta novela tendremos un típico caso de habitación cerrada con un planteamiento un tanto original: un grupo de jóvenes ricos se van de fin de semana a un caserón en la campiña inglesa para jugar a crímenes. Se establecen una serie de pautas, se asigna a un asesino y los demás deberán descubrir al culpable una vez tengan un cadáver. La cosa se complica cuando el cadáver que obtienen es un muerto de verdad. El detective Rory Alleyn acudirá a la casa a interrogar a todos los visitantes y a recopilar todas las pruebas que le sea posible.
Como sucede en este tipo de novelas, las capacidades deductivas de nuestro detective son enormes y logra ver cosas que los demás pasan por encima. Tras desentrañar más de una mentira descubrirá al culpable y resolverá el crimen. Por supuesto, como un buen caballero inglés, con elegancia y educación.
Aunque en muchas ocasiones podamos pensar que leída una novela de este tipo leídas todas, es cierto que el estilo de la autora es único y personal. Está considerada como una de las cuatro damas del crimen, junto a Agatha Christie, Dorothy L. Sayers y Margery Alligham, y eso es debido a algo. Como os decía más arriba, su herencia teatral es bastante acusada, tanto en la escenografía como en los grandes diálogos de la novela. Sin embargo, no sé si es debido a un fallo de la traducción o a un fallo de primera novela, pero hay una importante falta de conexión en ocasiones entre el texto y los diálogos. Tal cual, como si nos encontrásemos ante el guión de una obra teatral, con escasas descripciones y yendo directamente al grano, sin párrafos de conexión entre una escena y otra.
El procedimiento policial que muestra es muy riguroso, con interrogatorios largos y repetidos en el tiempo para tratar de dar con un fallo en el interrogado. Nuestro detective parte siempre de la premisa de que todos tienen algo que ocultar, y siempre se mantendrá alerta respecto a lo que declaren los sospechosos. De este modo, logra crear personajes misteriosos de los que queremos sacar más información y así logra que no decaiga el interés del lector.
Por lo que podido averiguar esta historia dista mucho en calidad a las que vinieron después. Quizá por ello es tan difícil de encontrar y no se ha reeditado ni recuperado. Habrá que seguir leyendo a la autora para descubrir esa genialidad de la que tiene fama. Tengo nada menos que otras 31 novelas para descubrirlo.
*La edición con la que me he hecho es de 1948. No tiene ISBN ni Depósito Legal. A cambio, nos ofrece ilustraciones cada pocas páginas como era habitual en aquellos años. Reconozco que este aspecto para mí siempre es un plus a la hora de adquirirlas.
Título: Un hombre muerto (A Man Lay Dead) Autor: Ngaio Marsh. Editorial: Editorial Molino. Selecciones Biblioteca de Oro (1948) Año de publicación: 1934. Páginas: 159.
Deja una respuesta