Leer toda la obra de un escritor de golpe es una sensación extraña. Reconozco que es algo que me encanta hacer (siempre y cuando no se trate de un autor con 40 novelas publicadas, claro). En pocos días te zampas el trabajo de una persona de años. Noches sin dormir, correcciones, reescrituras, cambios de guión… Todo ese esfuerzo, esa entrega, resumido en unas pocas horas de lectura. Me deja una sensación un tanto amarga, como si me estuviese saltando las reglas y los ritmos de quien ha creado esas historias.
Por otro lado, me proporciona una sensación de unidad. Especialmente si hablamos de una serie. Paso a paso percibes los cambios, las alteraciones en el estilo, el empleo de expresiones favoritas que se repiten de uno a otro libro, la evolución de los personajes que imaginas también un poco del autor. Tratas de discernir cuánto hay del escritor en su obra, si esa discusión sería real, si se inspiraría en una cena romántica propia para esa que aparece en el libro, si sus miedos son los mismos, si hay algo de sus preocupaciones y anhelos. Es como ir de la mano con el creador de esos personajes, observando paso a paso cómo van creciendo y cómo van cambiando, pero a la vez observando cómo esa identidad tan fuerte que se gestó en la primera novela sigue viva.
Hasta la siguiente entrega, que espero que la haya, me toca esperar por Santana. Y le he cogido cariño. Es curioso que apenas sé cómo es por fuera, pero por dentro sí que nos ha dejado que la conozcamos bien. Santana es una de esas policías que creen en la justicia, que no buscan la venganza personal sino la honradez a la hora de trabajar. Que sea la ley la que ponga las cosas en su sitio. Odia perder cuando se trata de atrapar al culpable, aunque acepta resignada que vale más una victoria a medias que una derrota. Es una de esas personas que no se rinden fácilmente en el trabajo, pero que los miedos y los propios monstruos hacen que en lo personal se le coma el miedo. Es insegura, pero lo compensa con una pasión desmedida por la gente a la que quiere. Es de esas personas de las que si te ganas su amistad será para toda la vida, vayas lo lejos que vayas. De esas que tienen claro que la familia es un concepto muy amplio, y que debes ganarte el derecho a pertenecer a la suya.
En esta entrega Santana no tendrá las cosas fáciles. Hay que reconocer que Susana Hernández no tiene miedo a la hora de escoger determinados temas. Si en la entrega anterior debía enfrentarse al violador del cuchillo, en esta tendrá que plantarle cara a una red de tráfico de menores. Tema peliagudo donde los haya. Sin caer en sensiblerías, logra dar con el equilibrio perfecto entre sensibilidad y profesionalidad. A esto deberá sumar sus problemas familiares, que nunca han sido pocos. Incluso en esta entrega, viviremos los problemas de su pareja Malena en su nueva faceta como fiscal.
Aunque a bote pronto parece que suceden un montón de cosas, y es cierto que la novela tiene mucha acción, Cuentas pendientes también está llena de conversaciones, de cenas, de momentos íntimos. En resumen, del día a día que hace que conozcamos a Rebeca Santana más por lo que expresa que por cómo es descrita. Y desde mi punto de vista ahí reside el encanto del personaje, en esa cotidianidad introducida sin que te des cuenta: en tostadas quemadas por la mañana, en formas de vestir para seducir, en confesiones veladas. En esos pequeños detalles que convierten a la policía en mujer.
La evolución respecto a las entregas anteriores en muy grande. Hay menos aristas y la novela transcurre como la seda. La trama es muy sólida, los personajes están dotados de una gran personalidad y la historia convence. Eso sí, si no os habéis leído la entrega anterior os aviso que esta contiene algún spoiler sobre la resolución de Contra las cuerdas. Pero son perfectamente independientes y autoconclusivas, podéis leerlas de manera aislada sin miedo a perderos.
Susana Hernández nos ha tenido esperando tres años nada menos por esta novela. Para el brutal ritmo editorial de hoy en día es un abismo. Pero las cosas llevan su tiempo, hay que cocer las buenas novelas a fuego lento. Para su público no supone mayor problema porque se lo ha ganado con Rebeca Santana. Y sus seguidores esperaremos el tiempo que sea necesario por más dosis de nuestra rubia policía.
Título: Cuentas pendientes. Autor: Susana Hernández. Editorial: Alrevés (2015) ISBN: 9788416328208. Páginas: 288. Precio: 17€. Ficha del libro en Alrevés: http://www.alreveseditorial.com/fitxallibre.php?i=148
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