Veneno mortal, de Dorothy L. Sayers (1930) #LordPeterWimsey5

Señoras y señores del jurado.

Veneno mortal arranca en pleno juicio. Harriet Vane, escritora de éxito de novelas de misterio, ha sido acusada del asesinato de Philip Boyes, y se cree que lo hizo con arsénico. A través de una serie de alegaciones, descubrimos paso por paso todos los detalles del caso. Harriet y Philip habían sido pareja, pero hacía ya un tiempo que habían puesto fin a su relación. En las horas previas a la muerte de Philip, este cenó con su primo Norman Urquhart. Ambos ingirieron los mismos alimentos, y tras esta cena Philip fue a visitar a Harriet a su casa con el objetivo de arreglar las cosas entre ellos. Allí tomó una taza de café, y fue lo único de todo lo que comió o bebió aquella noche que no pudo analizarse en profundidad.

Este dato, sumado al hecho de que Harriet poseía arsénico en su poder —supuestamente para documentarse para una de sus novelas de misterio— la convierten en la principal sospechosa. La suerte acompaña a Harriet, porque el jurado no se pone de acuerdo sobre el veredicto. Y Lord Peter Winsey decide hacerse cargo de la investigación, convencido de la inocencia de Harriet.

Dorothy L. Sayers

Climpson y Murchison.

Veneno mortal es la quinta entrega de la serie protagonizada por Lord Peter Winsey. A pesar de tratarse del investigador principal del caso, junto a la ayuda de su mayordomo Mervyn Bunter y del inspector de Scotland Yard Charles Parker, Sayers introduce una secundaria que juega un papel fundamental en la investigación. Se trata de Katharine Alexandra Climpson. Ya la habíamos conocido en Muerte natural, y su presencia en esta novela le aporta un aire renovador.

Climpson es el único miembro del jurado que se opone a declarar culpable a Harriet Vane. Una vez fallado el juicio como nulo, es libre de ayudar a Winsey con el caso. Para ello, deberá viajar a Windle para localizar un testamento cuyo contenido puede probar la inocencia de Harriet.

A su vez, también tenemos a la señorita Joan Murchison; acude a un bufete de abogados a cubrir un puesto de mecanógrafa para tratar de hacerse con unos importantes documentos. Su pericia y su sangre fría serán algo imprescindible para conseguir su objetivo sin ser descubierta.

En un momento en el que la ficción criminal estaba protagonizada cada exclusivamente por hombres, resulta cuanto menos llamativo que en una novela publicada en 1930 haya tantos personajes femeninos. Y que la mirada que aportan sea la propia de su género, introduciendo una perspectiva diferente, innovadora y acorde con los tiempos en los que fue escrita esta obra.

Edward Petherbridge & Harriet Walter como Peter Wimsey & Harriet Vane

Prejuicios de género.

Si algo deja claro la novela es la cantidad de prejuicios que la sociedad tiene hacia las mujeres. La presentación del crimen no deja lugar a dudas al lector al comienzo de la lectura: Harriet Vane es culpable. Y lo es porque no solo ha cometido el crimen con veneno, un método que suele asociarse a los asesinatos perpetrados por mujeres, sino que además lo ha llevado a cabo debido a razones pasionales. Incluso llega a sugerirse que todo ha sido premeditado para elevar el número de ventas de sus novelas.

Como ocurría en El misterio del Bellona Club, Sayers realiza una radiografía de la sociedad de la época. Encontramos varios personajes femeninos con un trabajo propio, lo que les proporciona la independencia de poder ayudar en el caso, sea infiltrándose o con la disponibilidad de poder viajar.

«No tuve ninguna dificultad para encontrar una habitación cómoda en el Station Hotel, a pesar de lo tarde que era. En los viejos tiempos, difícilmente se habría considerado respetable a una mujer soltera que llegara sola a medianoche con una maleta. ¡Es maravilloso que en la actualidad sea distinto! Estoy agradecida por haber vivido tales cambios, porque diga lo que diga la gente chapada a la antigua, que las mujeres de la época de la reina Victoria tenía mayor decoro y mayor modestia, quienes podemos recordar aquella situación sabemos cuán difícil y humillante era.

Veneno mortal, página 229.

A pesar de que puede que al lector contemporáneo la resolución de la trama pueda no parecerle tan sorpresiva como podría desear, creo que no es algo que reste el más mínimo valor al desarrollo de la trama. El cambio de enfoque de un personaje a otro le otorga un aire renovador y a pesar del carisma del protagonista, quienes deben recibir todos los méritos tanto narrativamente como en cuestión de trama, son las secundarias. Una novela brillante de una de las grandes de la Golden Age.

Título: Veneno mortal (Strong poison).
Autora: Dorothy L. Sayer.
Traductora: Flora Casas.
Editorial: Lumen (2006)
Año de publicación: 1930.
ISBN: 9788426415745.
Número de páginas: 336.

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