Keyes Inc, agencia de detectives.
Tess Monaghan por fin ha abierto su propia agencia de detectives. Se ha instalado en Butchers Hill, Baltimore. Si hubiese tenido más dinero, se habría hecho con un sitio mejor en un barrio mejor. En un entorno más bonito, con mejores vistas. Pero de momento, esto es todo lo que puede permitirse. No tarda en recibir la visita de Luther Beale, un hombre negro de avanzada edad más conocido como el Carnicero de Butchers Hill. Ahora tiene sesenta y seis años, y lleva tres meses fuera tras cinco años en prisión, condenado por homicidio sin premeditación por asesinar a un niño.
El encargo que tiene para Monaghan es que localice a los amigos del niño asesinado para tratar de ayudarles. Quiere darles una vida mejor de la que tienen, ofrecerles una especie de beca. Desagraviarlos. El problema surgirá cuando al ser localizados, los jóvenes empiezan a aparecer asesinados.
Por otro lado tenemos a Mary Browne. Quiere contratar a Monaghan para que localice a su hermana desaparecida. Al parecer, se marchó de casa a los dieciocho años, y no ha vuelto a tener contacto con ella desde entonces.
Test de Bechdel.
En 1985 la dibujante Alison Bethdel publicó una tira cómica llamada The Rule con las bases para realizar una prueba a las obras de ficción. Se trata de un procedimiento que, sin tener en cuenta la calidad de dicha obra, evalúa la brecha de género de su contenido. Son tres las premisas que deben cumplirse: deben aparecer al menos dos mujeres durante la obra, los personajes femeninos deben hablar entre sí en algún momento, y la conversación entre los personajes femeninos no debe basarse en un personaje masculino.
Cuando le pasamos este filtro a la ficción negro-criminal resulta abrumador la cantidad de obras que no lo pasan. Como digo más arriba, no se cuestiona en ningún momento la calidad de la obra en sí, pero sí que revela la invisibilidad a la que suele someterse a las mujeres en la ficción.
El motivo por el que os hablo de este test en esta reseña es porque esta novela lo supera con creces. Es cierto que tenemos a una mujer como protagonista, pero no es tan fácil que haya suficientes personajes femeninos secundarios, algo que da buena muestra de la mala salud que tiene el género si lo sometemos a una mirada feminista.

Sororidad.
Puede que una de las cosas que más me hayan llamado la atención de esta novela es la enorme sororidad que existe entre los personajes femeninos. Puede parecer una perogrullada en los tiempos actuales, pero estamos ante un libro escrito en 1998. Todavía hoy sigue perpetuándose el estereotipo de que las mujeres somos mezquinas y vengativas entre nosotras. Más aún en un género en el que el papel de la femme fatale ha hecho tanto daño a la hora de representarnos.
Aquí nos encontramos con dos protagonistas que, a pesar de las adversidades, las mentiras y el engaño, acaban convirtiéndose en amigas, superando la barrera de cliente y detective.
Era refrescante estar con una mujer que comía tanto como ella, sin disculpas. Muchas mujeres que conocía parecían intentar privarse, jugaban a una especie de juego incomprensible en el que la ganadora era la persona que pedía la comida menos apetitosa.
Un asesino en Butchers Hill, página 99.
Además, la novela rompe una y otra vez con los roles que suelen atribuirse a las mujeres en el género negro, dotándolas de una identidad propia y sin tener que recurrir a la imitación de los roles masculinos. Sigue la estela de autoras como Sue Grafton o Sara Paretsky, con detectives que se alejan del estereotipo creado por Raymond Chandler. Hacen ejercicio, tienen relaciones personales sanas con su entorno, les gusta comer y no tienen un pasado que las atormenta.
La editorial Salamandra Black acaba de publicar Piel quemada de la que os he hablado en El Periódico de Cataluña. Esperemos que sea el principio de una serie de traducciones que nos recuperen a esta brillante escritora que tan de puntillas ha pasado por nuestro país. Por el momento.
Título: Un asesino en Butchers Hill (Butchers Hill). Autora: Laura Lippman. Traductora: Ana María Nieda Calvo. Editorial: La factoría de ideas (2008). Año de publicación: 1998. ISBN: 9788498003895. Número de páginas: 318.
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