Edgar Wilson lleva toda su vida dedicándose a oficios relacionados con la muerte. En el pasado trabajó en un matadero. Ahora recoge los cadáveres de los animales que encuentra por la carretera y aledaños. Esos cuerpos irán a parar a una enorme trituradora que los pulveriza. Si son muy grandes, es necesario antes trocearlos para que la máquina no se atasque. Puede haber conejos u ovejas, pero también ganado o incluso caballos.
Edgar Wilson recorre las carreteras con su furgoneta buscando a estos animales, y es lo único que puede cargar y transportar en ella. Hasta el punto de negarse a llevar a un bebé enfermo al hospital, porque podría perder su empleo por ello. Sin embargo, un día se aparta de la carretera guiado por el vuelo en círculos de unos buitres. Eso es una señal clara de que hay un cadáver próximo. Lo que Edgar Wilson no habría esperado jamás es encontrarse con el cuerpo de una mujer ahorcada, con síntomas claros de haber sido asesinada.
La acción está ambientada en el Valle de los Rumiantes, una zona repleta de mataderos y fábricas de hamburguesas. Edwar Wilson es un hombre silencioso al que no le gustan las preguntas. No le gusta hablar, ni que le miren. Pasa sus horas al volante de su furgoneta en busca de animales y esa soledad ha conseguido trasformarle. Que sea distante no implica que carezca de sensibilidad, aunque es cierto que muestra mayor respeto por los muertos que por los vivos.
Desde que empezó a moverse por estas rutas, algunos meses atrás, se acostumbró a no sentir ninguna presencia maligna alrededor, en ningún tramo del camino. En un trabajo como el suyo, en el que está constantemente cerca de la muerte, siempre un paso atrás, lo común es sentir al menos alguna forma de malestar o un estado ligeramente decadente de espíritu. La falta de sensaciones de ese tipo, como ocurre con Edgar, podría pasar en principio por un buen indicio. No percibir la presencia del mal es, para la mayoría de las personas, señal de que todo está bien. Pero para Edgar Wilson es justamente lo contrario. Las fuerzas opuestas, cuando están debidamente dosificadas, mantienen el equilibrio. Por eso es que si el mal está ausente, probablemente el bien también lo esté.
Entierre a sus muertos, página 43.
Ana Paula Maia construye con Entierre a sus muertos una historia que gira en torno al concepto más físico de la muerte. La violencia ondea como leitmotiv a lo largo de las páginas del libro, pero más de una manera ambiental que explícita. No es necesario mostrar actos o acciones violentas para que la actitud de los individuos sea conceptualmente violenta. Para ello, nos presenta a una serie de personajes que actúan como trabajadores al servicio de la muerte, personajes que muestran una total indiferencia a la hora de manipular un cuerpo humano sin vida.
Por fortuna, a pesar de la crudeza de lo narrado, Maia nos echa un cable de vez en cuando a través de diálogos que buscan dar ese punto de humanidad que el lector necesita para poder seguir leyendo. Cuando pierdes la esperanza de que alguno de los personajes muestre una pizca de piedad y misericordia, al menos Tomás nos salva con un «Por Dios, ¿son personas?» ofreciéndonos un clavo al que agarrarnos. Y es que la trama alcanza tintes tan espeluznantes que roza los límites del terror.

Ana Paula Maia ha declarado en más de una entrevista que no hay espacio para las mujeres en sus novelas. Que estamos ante un territorio de hombres, y la influencia del cine western norteamericano es muy clara en este aspecto. Sin embargo, discrepo con esa afirmación. En Entierre a sus muertos introduce al personaje de Nete, una compañera que busca a su prima desaparecida, y le pregunta a Edgar Wilson si la ha encontrado cada vez que tiene ocasión. Su voz tan solo es transmitida a través de una radio hasta cerca del final de la obra, y la importancia que cobra dicha prima para hablar de las desapariciones y asesinatos a mujeres resulta muy destacable.
Copio de la web de Eterna Cadencia:
«Ana Paula Maia nació en Nova Iguaçu, Brasil, en 1977. Es escritora y guionista. Entre sus libros se encuentran O habitante das falhas subterrâneas (2003), Entre rinhas de cachorros e porcos abatidos (2009), Carvão animal (2011), De ganados y de hombres (Eterna Cadencia, 2015). Su novela Así en la tierra como debajo de la tierra (Eterna Cadencia, 2017) ganó el Premio São Paulo de Literatura a mejor libro del año. Sus libros han sido publicados en Serbia, Alemania y Francia. Es autora, además, de numerosos cuentos que forman parte de diversas antologías y han sido traducidos al alemán, al croata, al español, al inglés y al italiano. Su novela A guerra dos bastardos (2007) se destacó en Alemania como uno de los mejores policiales extranjeros.»
No sé vosotros, pero al menos yo ya estoy buscando más obras de esta fascinante escritora. Y ojalá se traduzca alguno más.
Titulo: Entierre a sus muertos. Autora: Ana Paula Maia. Traductor: Cristian De Nápoli. Editorial: Eterna Cadencia (2019) Año de publicación: 2018. ISBN: 9789877121643. Páginas: 128. Precio: 12,50€. Ficha del libro en la web de la editorial: https://www.eternacadencia.com.ar/blog/editorial/catalogo/item/entierre-a-sus-muertos.html
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