Sánchez, de Esther García Llovet (2019)

La noche de San Lorenzo bajo una lluvia de estrellas, Nikki y Sánchez recorrerán las calles de Madrid. No el Madrid que estáis pensando. No el Madrid de la Cibeles, de Gran Vía o de Plaza Colón. No. Este Madrid es el del extrarradio, el del otro lado de la M30, el Madrid en el que de verdad pasan las cosas, pero al que a nadie le importa lo que allí suceda. Sitios de paso, y gentes de paso. Nikki y Sánchez estuvieron juntos en un pasado no muy remoto, y la noche en la que transcurre toda la novela se reencuentran. Toda la acción se desarrolla en un coche o al aire libre, todo el movimiento, tanto el personal como el físico, no se encuentra delimitado por cuatro paredes.

La trama, como es habitual en García Llovet, podríamos definirla como extraña. Sánchez necesita dinero para pagar una deudas de juego, y ha tenido la gran idea de venderle un galgo de carreras a una italiana. Un galgo que no tiene. Nikki tratará de ayudarlo a conseguir uno, y ahí entrarán en juego Bertrán y su perro Cromwell.

A pesar del punto disparatado e incluso divertido del planteamiento, el peso de la trama se traslada por completo a la prosa de la escritora. Frases cortas, diálogos que recuerdan a los de un guión de cine, descripciones escasas y medidas. Todo se reduce al estilo, a la forma que García Llovet tiene siempre de narrar, de dar en el clavo a la hora de escoger justo la frase precisa que delimita todo.

«La gente con pasta parece siempre que está por encima de las cosas, pero lo cierto es que está detrás de todas las cosas».

«Qué buenos somos aprovechando las sobras, lo blanco del filete».

«Solo había que entrar a medianoche en el salón con los regalos, saludar con la mano y marcharse, que es lo mejor que saben hacer los Reyes».

A pesar de que la obra se titule Sánchez, la verdadera protagonista es Nikki. Ella es quien nos cuenta todo, cuánto hace que no veía a Sánchez, por qué le ha gustado siempre tanto ese aire de guapo despistado que posee. Sus personajes resultan muy andróginos, y perfectamente podrían intercambiarse para pasar a ser Sánchez una mujer y Nikki un hombre. Se desprende por completo de los estereotipos sociales y crea a personajes que suenan a personas. Es muy probable que exista un Sánchez ludópata en la M30 que esté tratando de participar en una carrera de galgos con un coche lleno de cajas apiladas y envoltorios de Pantera Rosa por el suelo.

Desconozco la manera de trabajar de García Llovet, pero el texto transmite mucho trabajo y mucha reescritura. Tan solo los textos que han sido pulidos y reescritos una y otra vez tienen ese ritmo y esa sonoridad en la que cada cosa se percibe en su sitio. Sanchez tan solo se compone de 130 páginas, algo a lo que esta autora nos tiene acostumbrados ya, y la verdad es que no le hace falta ni una sola página más. En tan breve espacio físico, consigue analizar a todas esas personas que son invisibles para la sociedad, pero que son quienes componen el entramado real de las ciudades. Ellos son quienes en realidad las viven y las recorren. El resto vivimos recluidos entre nuestras cuatro paredes sin saber lo que pasa ahí fuera. No sabemos lo que nos estamos perdiendo.

Título: Sánchez.
Autor: Esther García Llovet.
Editorial: Anagrama. (2019).
ISBN: 9788433940018.
Páginas: 136.
Precio: 16,90€.
Ficha del libro en Anagrama:
https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/sanchez/9788433998675/NH_618

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