El reverendo Pearson y su hija Leni son dos nómadas que recorren la Argentina en su furgoneta. El azar quiere que se queden tirados en medio de la carretera y que terminen en el taller de Brauer y su hijo Tapioca. Aunque resulte extraño, este podría ser el resumen de toda la acción que transcurre en la novela. El viento que arrasa es una obra en la que la inacción es muy relevante, y sobre todo en la que destaca todo aquello que está fuera de las páginas del libro. Lo que no pasa, lo que no se dice, lo que no se cuenta.
El encuentro casual de estos cuatro personajes le dan a Selva Almada la excusa para analizar los desencuentros que han sucedido en el pasado de ambas familias, familias por completo desestructuradas. En el caso de Pearson y Leni, descubrimos que Pearson abandonó a su mujer. En el caso de Brauer y Tapioca, que fue la madre de Tapioca quien le dejó en brazos de un padre que él no reconoce como tal: Brauer no ha tenido valor para contarle al muchacho que en realidad él es su padre biológico y que debido a ello su madre le dejó con él.
Esto conlleva que Leni viva con un miedo constante a que su padre pueda abandonarla al igual que hizo con su madre. Este miedo desencadena una relación de sumisión en la que el amor paternofilial resulta del todo imposible. Existe miedo, inseguridad, rechazo. Pero no amor. Sumado a esto, hay que tener en cuenta que Leni no solo no tiene raíces, sino que además carece de un lugar a donde regresar. No posee un hogar, un lugar marcado en el mapa con una equis, un columpio en el jardín. Del mismo modo, Tapioca se encuentra en una situación similar. Apenas recuerda a su madre, desconoce si esta estancia con Brauer es temporal o si su futuro estará unido a ese taller.

El viento que arrasa es una obra profundamente teatral. Tan solo disponemos de dos espacios, el taller y todo lo que hay fuera de él. El taller provoca una sensación de claustrofobia, de encerramiento, de cárcel. Debido a ello el movimiento físico de los personajes desaparece, todo se centra en los diálogos, y la atmósfera y la ambientación logradas hacen de esta novela un lugar de retiro. A ello contribuye la prosa, con un poso poético, un ritmo y una musicalidad que empapan cada una de las frases. El texto transmite una honda preocupación por el uso del lenguaje, por la elección de la palabra perfecta respecto a sí misma y al todo.
A pesar de tratarse de una primera novela, estamos ante una obra que muestra una madurez narrativa que encandila al lector. Almada tan solo necesita cuatro páginas para crear una composición de lugar y de personajes que nos introduzca en la historia y no nos suelte ya. Todos aquellos amantes de la novela norteamericana sureña, de autores como Carson McCullers, Eudora Welty, Flannery O’Connor no pueden dejar escapar esta obra. Y que no os engañe que tan solo aparezca una mujer en la obra. Esa es la excusa que la autora esconde para mostrar cómo sobrevivimos las mujeres en un mundo de hombres. Selva Almada es ya una de las voces argentinas más potentes y con mayor proyección.
Título: El viento que arrasa. Autor: Selva Almada. Editorial: Mardulce (2012). ISBN: 9788494286940 Páginas: 168. Precio: 13€. Ficha de prensa del libro en Mardulce: http://www.mardulceeditora.com.ar/ampliar_prensa.php?id=10