Olga está viviendo un fin de verano nada afortunado. El calor sigue siendo sofocante en la ciudad, cada vez lleva peor el turno de tarde-noche, y cada día se siente más sola. Hace años que está divorciada y su hijo adolescente se está alejando más y más de ella. Llega a casa y Daniel parece haberse quedado dormido otra vez con la ropa puesta y la música a todo volumen. Ella no comprende como puede soportar ese estruendo y dormir a pierna suelta como si lo hiciese en el silencio más absoluto. Decide no molestarle y acostarse pronto.
A las ocho menos cuarto, como cada mañana, suena el despertador de Daniel. Pero tras un minuto sonando, no lo apaga. Olga se levanta agotada y cabreada. Está convencida que la música impide que Daniel oiga el despertador, y que la obligue a levantarse de la cama antes de su hora no ayuda a que mejore su humor. Le zarandea, y el brazo que descansaba sobre su pecho cae al suelo como el de un muñeco. Olga no puede creer lo que parece que ha sucedido. Daniel está frío, el color de su piel es demasiado blanquecino, y no abre los ojos.
Este es el arranque de Maldita verdad, última novela de Empar Fernández. Junto con La mujer que no bajó del avión y La última llamada, forma una extraña trilogía de novelas autoconclusivas (y digo extraña porque las trilogías suelen tener un argumento en común), pero con varios puntos y temas en común: la investigación no es llevada a cabo por un profesional, sino por los propios protagonistas del drama narrado, o en su defecto de investigadores amateurs; en las vidas de los protagonistas de las tres novelas ha ocurrido un suceso que provoca que sus vidas sufran un giro de 180º; y, por encima de todo, buscan hacer reflexionar al lector acerca de las repercusiones que nuestros actos pueden tener en la vida de los que nos rodean.
Maldita verdad toca uno de los temas que más me atraen de la actualidad: el suicidio. Según la OMS, en 2016 el suicidio fue la principal causa de muerte entre los adolescentes europeos, una cifra que asciende a la friolera de 1,2 millones al año a nivel mundial (lo que nos lleva a una media de 3.000 muertes al día, tan solo de adolescentes). Creo que todas las personas que me rodean actualmente han tenido algún pariente que se ha quitado la vida de manera voluntaria. Es un tema cotidiano, es algo excesivamente habitual, pero a pesar de ello sigue siendo un tema tabú que suele ocultarse como si fuese motivo de vergüenza.
Empar Fernández aborda con esta novela un tema delicado y doloroso. Se centra en Olga, en la madre del chico que se ha quitado la vida, la única persona que convivía con él, y a la que le queda un vacío mayor con su pérdida. Lo peor es la incertidumbre, la duda. ¿Qué ha llevado a Daniel a este punto? ¿Qué estaba sucediendo en su vida para tomar una decisión tan drástica? ¿Por qué no pidió ayuda? Olga pasa las horas, los días, sin poder dejar de preguntarse por qué ha sucedido, por qué no lo ha visto venir. Por ello decide recurrir a un investigador privado que trate de indagar en el pasado de Daniel para darle respuestas. La falta de presupuesto y la urgencia llevarán a Olga a contratar a un joven estudiante que está tratando montar su propia agencia de investigación. Pero ni tiene aún la licencia, ni el título, ni siquiera cuatro paredes en las que recibir a sus clientes.
Raul, nuestro investigador, se aproximará a los amigos de Daniel, a sus profesores, a su ex-novia, y poco a poco empezará a ver más claro el caso. Sin embargo, una serie de notas que la propia Olga ha encontrado bajo el colchón de Daniel con el texto «Yo la mato» y fechadas el día 29 de cada mes que fueron recibidas, les hará sospechar de que hay algo más. La intriga está perfectamente conseguida y la novela te tiene en vilo durante páginas y páginas. A pesar de que algunos de los giros me han resultado predecibles, eso no ha enturbiado la lectura de la novela.
Quizá el punto más fuerte de Maldita verdad reside en el propio lector y en cómo reacciona al contenido del texto. Empar Fernández nos lanza varias preguntas y nos planea de manera encubierta qué habríamos hecho nosotros si hubiésemos estado en la piel de los diferentes personajes, especialmente en la de Raul. Las novelas de Empar son autoconclusivas, sí. Pero esto no significa que se terminen cuando llegas a la última página. Sus novelas tratan de dar una vuelta de tuerca a nuestros prejuicios y cuestionarnos algunos temas de lo más interesantes. Y si todo esto encima lo consigue con una trama interesante y una prosa deliciosa, creo que no podemos pedirle nada más.
Título: Maldita verdad. Autor: Empar Fernández Editorial: Versátil (2016) ISBN: 9788416580231 Páginas: 276. Precio: 18€. Ficha del libro en Versátil: http://www.ed-versatil.com/fondo/maldita-verdad/